martes, 20 de febrero de 2007

homenaje a mi pieza

Pensaba
y me fije que nunca te había sacado una foto
solo en mi recuerdo quedará
lo que eres y lo que pasó
pienso en los once años de vivencia junto a tí,
aquí fui y soy único.
Cerraba la puerta y estaba en mi mundo,
solo con la puerta cerrada podía conciliar el sueño
tranquilo y sereno.
Tantas cosas pase en tí,
aprendí tanto aquí
tu me salvaste de los primeros malos ratos constantes
me aislaste
me hiciste fuerte
cuanto aprendí aquí
cuanto crecí aquí
con la vista al sur
una vista que la niegan algunos,
a mi me encanta.
se cuanto te disfruté
en esta ultima noche,
me bancaste todo hermosa durante once años,
algún día tenía que pasar
pieza
mi casa
mi mundo.
Ahora debo partir y dejarte
ojala que te cuiden
mejor de lo que yo lo hice
porque sin tí
habría estado muerto de susto.
Me acogías en mis penas, cansancio
alegrías y soledad.
Soy lo que soy
en gran parte por tí
te homenajeo y te quiero.
mi gran refugio
pieza
mi casa
mi quehacer
mi mundo
hice lo que quise aquí
tanto como crecí
aprendí
llore
putié
juzgué
eres en realidad
lo que mas pena me da dejar
adios
hasta siempre,
te quiero.

1 comentario:

Vigilia dijo...

Suele ocurrir que las piezas son como segundos úteros y primeros nichos. Allí se refugia uno cuando algo anda mal afuera y también se ensaya, noche a noche, el momento en que dormiremos para siempre.