domingo, 1 de abril de 2007

miradas

Una vez un amigo, en medio de un soliloquio me comentó que cuando camina siempre mira las caras de las personas que pasan. Yo me sentí identificado con su aseveración, nunca he comentado ese gusto entrometido que tengo por mirar las caras de la gente que camina en dirección opuesta hacía mí. Siempre me pregunto en que estarán pensando, tendrán problemas, estarán felices, como vivirán, como enfrentán la realidad que les tocó vivir. Preguntas infructuosas que se cosumen por los breves segundos y pasa una y otra y otra persona, y uno y otro y otro segundo perdido, es frustrante la verdad. Eso si hay algo que he podido sacar en conclusión también, es lo diferente que somos las personas, la mentira del alma gemela, nunca encuentro a alguien igual a otro, todo el mundo es muy diferente, llego a considerar muy seguido de que los sueños de igualdad son imposibles.

Lo único que me deja contento y esperanzado es el fundamento de mi amigo para confesar su gusto de mirar a la gente cuando camina por la calle, el dijo:" siempre que lo hago me dan ganas de decirle a esas personas, te quiero acompañar".