lunes, 30 de julio de 2007

¿Cuántas veces tropiezo con lo mismo?
no me entiendo
parece que el derecho ha matado
la poesía
soy joven, y parezco convencional
y solo pienso que estoy solo
tu pones los límites
conoces el significado de la discotheque,
el filo delgado cortante de la conciencia
a veces siento que he perdido los sueños

En esos momentos en que uno
desea ser otra persona, ser distinto,
no querer ver las miradas
de las personas cercanas
por temor a quedar rojo de vergüenza,
por mis actos.
Que cada día me autocritico
es un sentimiento de culpabilidad después
de haberla pasado tan bien
soy un tipo lleno de trancas, miedos
inseguridades, gordo, imperfecto
por donde se le mire.
Antisocial en lo social
una muralla que siempre me acompaña
aburrido de mí mismo.

martes, 24 de julio de 2007

En el cuadrado sobre poblado
justo en la posición centro sur del lugar
comienza a revisar su cabello
analiza su peinado absorta de
la situación desagradable del momento.
Aquellos mozalbetes no se quedan tranquilos
pero ella se levanta
en medio de una pared invisible y asilada
arregla su ropa, su polera y su falda
hay una incomunicación,
porque la muchedumbre la ignora
y yo de casualidad
me percato de ella
embobado de su cola de caballo
a medio hacer
pensando en quizás que cosa
y yo solo embobado de su concentración.
La conozco, se muy bien quien es,
es mas la veo forzosamente a diario
a veces desearía no verla incluso,
pero hoy
hoy es diferente
hoy es cotidianeidad
hoy es esencia
las palabras sobran
el gesto, la situación
sus movimientos la llevaron
a la creación,
a donde todo comenzó
mujer.
Solo la voz de mi profesora
o profesor,
no recuerdo
no hay importancia
me hace poner la vista en la pizarra
abrir mi cuaderno
y volver a la cotidianeidad
no sabía que tenía tanto
que contar.

jueves, 19 de julio de 2007

copuchentos

¿Cual es el motivo de escuchar a los vecinos? Es particularmente interesante dado que en los barrios de casas o cités los comentarios de los vecinos van y vienen. Aun así en lugares llenos de edificios los gritos, las caidas, las risas de fiesta, las críticas a Chavez de venezolanos opositores, la música y por sobretodo, los gemidos de las histéricas van y vienen. El ritmo de vida que llevo, muy poco recomendable por lo demás, hace que esté despierto a altas horas de la noche, justo en la hora de la privacidad de los energéticos, escuche todos los espectaculos.

En la vecindad se saben rumores, lo bueno de eso es que cultivas la imaginación y uno tiene que trabajar la mente por lo menos, genera caldos de cultivo de imagines digno de una novela, cuentos, un capitulo de la serie infieles o el cuento del tío o lo que sea.

En mi caso que vivo en edificio, la información es en vivo y en directo, no imagino nada, bueno casi, salvo como seran los personajes, que pueden ser hermosas walquirias o pelotudos buenos para la Jarana tirando risotadas a destajo. Quizás por eso no quiero conocer a mis vecinos porque perdería la gracia, resignandome a ver que pasa en la TV.

Por eso creo que el edificio es un sandwich de gusto para sofisticados, como no son cahuineros o no pretenden serlo, sacian su necesidad juntandose muchos departamentos en un piso pequeño
escuchandose, achurrascandose, aglutinandose, que al final lo único que no haces es comentar, porque todo ya se sabe con lujo y detalle. Nose donde está la privacidad, los tiempos cambian, la cultura no.