sábado, 23 de agosto de 2008


Siempre ha existido esa imagen sofisticada de una buena lluvia,

de la elegancia de caminar bajo la lluvia,

sacando del closet los mejores abrigos y zapatos para recorrerla,

respirando un poco de buen aire,

recorriendo un espacio de gris entero, cosmopolita, rapido,

frío por dentro y por fuera.

La lluvia es la expresión de la sociedad que somos,

individualista

débil

necesitada de algún cobijo reconfortante,

nos densnuda.

Sin emabrgo es de un paisaje aclarador,

de un paisaje limpio

al cual amamos y odiamos en el largo plazo

nos muestra lo vacío que estamos

y reitero lo individualista,

porque el que tiene abrigo puede

pensar en la lluvia de esta forma.

Al que se le moja la casa, no sabe que hacer

para remediar la desgracia

o para que sus hijos no caigan en neumonía.

El hecho de que se humedezca la casa

provoca la perdida de la seguridad, por ende

el desamparo, la nada.

Al final del día la lluvía nos lleva a todos

a lo mismo

el vacío

la nada

El problema es la forma en que te lleva

segun el lado del que estes

¿y tu de que lado estas?



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