sábado, 10 de abril de 2010

Ojalá todos los días fueran domingo
ojalá las hojas no se marchiten en otoño
su belleza es tál, que parecieran representarnos
a cada uno
demostrando nuestro cambio de piel.

Ojalá todos los días fueran domingo
así su tranquilidad y franqueza
nos desenmascare de lo que hacemos
y nos muestre como somos.

Ojalá todos los días fueran domingo
para ver las flaquezas y los vacíos
trantado de sostenerme en el rito religioso
de escuchar a John Coltrane y no a Charlie Parker.

Ojalá todos los días fueran domingo,
porque si no sabes que hacer ese día
demuestra tu soledad, y lo único que nos salva
es la generosidad y el convivir,
y todo lo que se descubre allí.

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